Hiromi Shinya lleva toda la vida estudiando el tubo digestivo de la boca al ano. Nos propone unos hábitos alimenticios que harán que nuestro estómago e intestinos adquieran el hermoso color rosado de los órganos sanos.
Su experiencia es empírica y se basa en los miles de pacientes tratados por él como cirujano digestivo. Su teoría es que nacemos con una enzima madre que va produciendo enzimas hijas portadoras de salud, siempre que no las malgastemos y que estimulemos su fabricación. ¿Y qué hacer para ello? Muy fácil:
Consumir un 85% de productos vegetales y un 15% de animales. Los vegetales divididos en 60% de granos integrales y de leguminosas, 30% de verduras verdes y amarillas, tubérculos y vegetales marinos, 10% de frutas, semillas y frutos secos. Las proteínas animales (recuerden: 15% del total) vendrán de pescados azules, aves, huevos y leche. Buey, cordero, ternera y cerdo deberán evitarse. A recordar la importancia de limitar los productos lácteos, todos los tes, incluso el verde, el café, los dulces, la nicotina, el alcohol, el chocolate, las grasas y la sal.
Existen además unas recomendaciones básicas para la correcta activación enzimática: usar granos y cereales integrales sin refinar, comer la fruta de 30 a 60 minutos antes de la comida y no picar entre horas, beber 2 vasos de agua 1 hora antes de las comidas, terminar la cena (comida y bebida) de 4 a 5 horas antes de acostarse, comer los alimentos poco hechos, no consumir alimentos oxidados (fruta marrón), ser disciplinado: “somos lo que comemos”. Es importantísimo mascar cada bocado entre 30 y 50 veces.
No sé si ustedes se imaginan lo que representan estas normas para nosotros: no ir de tapas, no comer más Jabugo ni ensaimada de Mallorca, no cenar tarde… Aunque lo más triste es lo de mascar tanto. Siendo de mala educación hablar con la boca llena, ¿cómo vamos a relacionarnos, a cotillear? En mi opinión, se impone la mesura: acogerse a lo factible y desechar el resto. Recuerden que el Dr. Shinya es japonés, con todo lo que eso representa.
Para quienes quieran saber más: "La enzima prodigiosa". Excelente lectura para la rentrée.
miércoles, 28 de agosto de 2013
miércoles, 21 de agosto de 2013
¿Qué pasa con Egipto?
Dos años atrás nos sorprendió la “primavera árabe”, un movimiento civil que impulsaría, probablemente, una necesaria evolución económico-social. Sin embargo los deseos de unos distaban de ser los de todos, provocando el enfrentamiento entre los hambrientos de cambio y quienes deseaban sumergirse en la rigidez religiosa propuesta por los Hermanos Musulmanes (HHMM).
En este tiempo esta cofradía fundada en 1928 y vetada a intervalos regulares (por Nasser y otros), ha ido escalando puestos hasta colocar a sus hombres a la cabeza de países como Turquía, Libia, Túnez o Egipto. En algunos no ha tenido más remedio que aliarse con los laicos y simular moderación, aunque se la conozca como el brazo político del salafismo y el wahabismo, dos tendencias sunníes islamistas radicales.
Los HHMM son populares porque le dan al pueblo las ayudas y servicios sociales que este no recibe del gobierno. A cambio, quieren implantar un estado islámico, apartar a las mujeres y a los no musulmanes de la vida pública y rechazar cualquier aportación occidental.
En los países del norte de África y Oriente Próximo la intolerancia religiosa añade leña al fuego. La mayoría sunnita detesta las sectas chiítas de Irán, Irak, Siria, Bairéin o el sur del Líbano. En Siria el 15% alawita se encuentra ahora respaldado por el actual gobierno, pero en Egipto los coptos, seguidores de Teodoro II, son brutamente perseguidos tras aprobar este papa el golpe militar (ocho millones de coptos en vías de extinción).
Cabe preguntarse cómo lograrán estos países una transición hacia la democracia, un paso que históricamente ha sido lento y doloroso, y que precisa nacer de una sociedad creadora de instituciones basadas en una mente abierta y libre. Eso le va muy grande, de momento, a tanto fanático analfabeto que se rige por leyes arcaicas, que no es capaz de respetar opiniones distintas a las suyas ni de discutir para llegar a consensos.
En el caso de Egipto el camino adecuado no está en la dictadura militar ni en la clerical. El ejército es, por tradición, antidemocrático y pro EUA y, en este país, controla el 40% de la economía. Los HHMM, que resistirán aunque se les diezme, son fundadores de Al Qaeda y están acusados de alentar el terrorismo.
Hoy por hoy Occidente parece impotente y los EUA llevan a debate la ayuda de los 1500 millones de dólares. Tal vez se cuestionen la importancia real de Egipto en la zona. En los 60 y los 70 El Cairo era el referente cultural e intelectual de los pueblos árabes y, militarmente, representaba una amenaza para Israel. Tras décadas de desmantelamiento del país por parte de generales corruptos y burócratas, no le queda nada que aportar al mundo ni nada que comprarle. Además, el poder militar egipcio es risible comparado con el de Israel.
Otros actores de la zona son mucho más interesantes: Arabia Saudí, Qatar, Emiratos o Turquía. Tal vez los EUA prefieran invertir su dinero en países más útiles y en quienes puedan confiar más. Europa ya lo está haciendo, aunque muchos opinamos que el acercamiento interesado a países que se rigen por la sharia
es un error que vamos a pagar muy caro.
es un error que vamos a pagar muy caro.
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