Hace algunos años que distintos
organismos (Barcelona Institute for Global Health, Instituto de Bioingeniería de Cataluña, Wyss Institute) están trabajando en la fabricación de una especie de
micromemorias para computadoras que simulan nuestros órganos con sus distintas
funciones. Así se han conseguido ya el bazo, el hígado, el intestino, el riñón,
el corazón, la piel y la médula ósea. El proyecto “Organs-on-Chips” pretende
imitar las estructuras biológicas de la persona y unir los distintos órganos
para constituir sistemas completos, todo ello a base de chips formados por
microtubos compuestos de células humanas a través de los cuales fluyen aire,
nutrientes, sangre e incluso bacterias.
¿Qué se pretende con ello?
-Estudiar distintas patologías
orgánicas y las reacciones corporales asociadas.
-Experimentar la acción de los
medicamentos sobre los órganos y sobre todo el cuerpo.
-Impulsar el desarrollo de nuevos
medicamentos.
-Cambiar la manera en que trabajan
las farmacéuticas, eliminando de paso el uso de animales de laboratorio.
-Reducir el gasto que supone el
lanzamiento de nuevos productos al mercado.
-Avanzar en la industria de la
cosmética.
-Hacer una medicina personalizada
usando células de un individuo en particular, convirtiéndolas en células madre
y programándolas genéticamente.
-Eliminar la lista de espera de los
trasplantes y evitar el rechazo.
(Foto de un bazo en un chip)
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