viernes, 20 de enero de 2017

Marihuana y otros consumos.

La legalización de la marihuana en California es una forma de admitir una realidad: la existencia de muchos consumidores de esta droga “blanda” cuyo uso, como el de las “duras”, va en aumento en todo el mundo. No faltan motivos a favor y en contra de esta normativa. Quienes la apoyan creen que la legalización de las drogas unida a una educación correcta es la mejor estrategia para luchar contra la drogodependencia. Los detractores opinan que esta medida no solucionará el narcotráfico ni la corrupción ni la violencia actual y que creará aún más adictos.
   Desde un punto de vista médico la marihuana tiene efectos beneficiosos sobre la salud en el tratamiento del dolor, como antiinflamatorio, como relajante muscular e inductor del sueño, entre otros. Pero en exceso produce una atrofia de la actividad neuronal que afecta la memoria, el aprendizaje y el autocontrol; el impacto mayor ocurre en los consumidores adolescentes en quienes es capaz de hacer perder un promedio de 8 puntos de coeficiente intelectual.
   Sin embargo, la droga más consumida en la mayoría de países, el alcohol, es y ha sido legal siempre (salvo algún caso puntual) y está socialmente aceptada a pesar de los muchos problemas que su ingesta excesiva provoca. Contrariamente al cannabis, un médico no recomendaría el alcohol por sus efectos beneficiosos. Es un depresor del sistema nervioso central, un tóxico que, vehiculizado por la sangre, alcanza todos los órganos y sistemas corporales. Su uso diario y abusivo se manifiesta en cambios de personalidad y carácter.
   La dificultad que representan ambas drogas para el individuo es saber diferenciar el uso del abuso. La mayoría de nosotros consume una o ambas ocasionalmente y en sociedad. En el caso del alcohol la O.M.S. considera bebedor de riesgo quien toma regularmente y a diario más de 40 gramos de alcohol puro= 4 UBE (mujer) y más de 60 gramos= 6 UBE (hombre). Una UBE=10 gramos. Estas cantidades equivalen a menos de lo que pensamos. Ejemplo: 100 cc (unos 3 dedos en una copa) de vino de 13º= 10,4 gramos de alcohol puro, algo más de 1 UBE (lo mismo que una caña, un carajillo o un vermú). El hígado sano metaboliza 1 UBE cada 90 minutos. Más información aquí.
   En el caso de la marihuana no he encontrado lo que se considera un consumo de riesgo, pues su toma suele ir unida a la de otras substancias psicoactivas. En 2015 estas causaron más de 450 000 muertes (datos OMS, informe EB 140/29, 28-11-2016).
   El ser humano siempre ha consumido drogas. Muchos son los motivos que le impulsan a hacerlo: personales (curiosidad, aburrimiento, hastío, rabia…), del entorno (marginación, facilidad de acceso, presión social…) u otros; motivos, todos ellos, superficiales. El núcleo de la cuestión radica en la extrema dificultad de adaptación del homo sapiens a un mundo que muchas veces no entiende aunque forma parte de él, a su propio yo desconocido y a unas reglas de convivencia que no acepta. Por encima de todo está la conciencia de su insignificancia dentro del universo. Lo único que puede protegerle de las adicciones es el autoconocimiento en profundidad, la valoración lúcida de sus capacidades, la aceptación de sus límites y la puesta en práctica de aficiones y proyectos que llenen el vacío existencial. Todo ello, claro está, requiere un trabajo personal constante, algo que la natural pereza del individuo con frecuencia impide.

 (foto libre de Dreamstime)

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