miércoles, 23 de julio de 2014

Gaza en el punto de mira

Hay quien piensa que Israel utiliza la guerra para conseguir objetivos que se le han escapado desde la política.
      La periodista Nazanin Armanian (www.nazanin.es) dice esto y mucho más en el diario digital www.publico.es el 20/7/2014. Para esta iraní afincada en Barcelona, los actuales ataques a Gaza buscan objetivos definidos; algunos de los anteriores fueron preservar una coalición de gobierno, desviar la atención pública de algún escándalo o entrenar las tropas israelíes en un campo de batalla real. Lo que Netanyahu pretende ahora sería volver a mostrarse a la ultraderecha como un hombre duro mientras debilita la estructura de Hamas sin destruirla (la necesita para gestionar el gueto de Gaza y para atacar a los palestinos con ese pretexto cada dos por tres). El objetivo de Israel no es otro que aniquilar el pueblo palestino. Los ataques radicalizarían Hamas y podrían provocar un conflicto entre palestinos. De paso castigarían a Mahmud Abbas por haberse atrevido a pedir a la ONU el reconocimiento de Palestina. Podrían arruinar el plan de paz de los EUA, lanzar el mensaje de que no hace falta la ayuda de Washington para hacer guerras destructivas (prepotencia de: aquí mando yo) y exhibir su poderío en la región. De paso probarían sus nuevos artefactos (Israel es uno de los principales fabricantes de armas del mundo). Sin olvidar que en las aguas de Gaza existe un yacimiento de gas cuya explotación se ha negociado con Putin, y que sería indeseable que la Autoridad Palestina se acerque demasiado a Moscú. A raíz de la muerte en extrañas circunstancias de tres adolescentes israelíes, Armanian afirma que se está utilizando el Plan Dagan del 2001 (matar a civiles israelíes para justificar operaciones militares contra enemigos).
      Amira Hass es corresponsal del diario israelí Haaretz en los Territorios Ocupados. El pasado 21/7/2014 escribía “Reaping what we have sown in Gaza” (Recogiendo lo que hemos sembrado): “Aquellos que rehusaron la propuesta de paz de Fatah y Arafat para dos estados, que apechuguen ahora con Haniyeh, Hamas y el BDS (llamada contra el apartheid israelí, www.bdsmovement.net). Quienes hicieron de Gaza un campo de internamiento y de castigo para 1.8 millones de seres, que entiendan el porqué de cavar túneles bajo tierra. Quienes sembraron el aislamiento i el asedio, que recojan el fuego de los cohetes. ¿Qué derechos creen que tienen quienes, durante 47 años, han expropiado terrenos, multiplicado asentamientos y sembrado odio y dolor?”. Hamas les está destrozando la tradicional doble moral de la que tanto abusan. Los cerebros del Shin Bet (servicio de seguridad interior de Israel) no entienden que son ellos mismos los creadores de toda esa violencia que les ha caído encima”. 
      Ahmad Jaradat, en www.alternativenews.org, 21/7/2014, cree que el sentimiento general de Cisjordania es que, si prosiguen las atrocidades en Gaza, se verán arrastrados a una Tercera Intifada.
      ¿Existe alguna solución? Entrevistado por TV5 Monde el 22/7/2014, Ofer Bronchtein, israelí afincado en París, fundador del Forum Internacional para la Paz (que busca la reconciliación Israel-Palestina) cree que la comunidad internacional tiene demasiados intereses en la zona para desear la paz; su propuesta consiste en dar las llaves de Gaza a Mahmud Abbas con la ayuda de la Liga Árabe, Qatar, etc.
      En www.obamaworld, 14/7/2014, el periodista Jordi Pérez Colomé analiza el tema con el artículo “Gaza, Gaza, Gaza y el avión de Ucrania”. Entre otras muchas, escribe que, frente a Hamas que quiere el final del bloqueo i la liberación de sus presos, el enemigo exige seguridad absoluta y la desaparición de los cohetes. ¿Cómo lo conseguirá Israel? Alargando una guerra de desgaste hasta que en Gaza se queden totalmente sin recursos.
      Demasiados dramas, pero yo me quedo con la débil esperanza de grupos como #JewsAndArabsRefuseToBeEnemies. 



miércoles, 16 de julio de 2014

Malala, te necesitamos

Malala Yousafzai tiene diecisiete años. Con once esta famosa activista pakistaní se dio cuenta de que, sin escolarización, a las niñas de su país les esperaba un futuro miserable. Apoyada por su padre plantó cara a los talibán propagando un mensaje a favor de la educación de las mujeres en todo el mundo. El castigo no se hizo esperar y una bala en la cabeza la mantuvo un tiempo entre la vida y la muerte. Aun así su lucha no se ha extinguido y, de reconocimiento en reconocimiento, esta joven menuda que se hace escuchar por periodistas y políticos, destila ternura y provoca la admiración de todos. De momento Pakistán ocupa una de las últimas plazas en el Global Gender Gap Report del 2013, que clasifica a los mejores países para las mujeres en cuanto a igualdad de sexos a todos los niveles. Islandia, Finlandia, Noruega, Suecia y una sorprendente Filipinas ocupan las primeras plazas del ranking.
      Aquí hace muchos años que se crearon leyes y normativas para no discriminar por razón de sexo. En cambio otros asuntos relacionados con la educación no van bien. Fijémonos por ejemplo en el gran número de fracasados escolares, en el nivel descendente de los conocimientos del alumnado, en el lenguaje vulgar utilizado por periodistas y personajes públicos, en las constantes faltas de respeto con los ancianos y en todo el ámbito familiar, en las agresiones verbales y físicas por un sí o por un no… la lista sería interminable. Y puede hacerse extensible a la mayoría de países de Occidente.
      Hace poco el mundo del fútbol (concretamente el Barça) ha puesto la guinda al pastel. El fichaje de “mordisco” Suárez y el hecho de asegurar que este personaje está en “la línea del equipo” ha decepcionado a muchos. El Barça ya no es “más que un club”. Alguien de la directiva debería haberse planteado que son mayoría los jóvenes que copian a sus héroes. El fútbol marca tendencias. Ya hace años que, por culpa de este mimetismo, los escupitajos, flemas y esputos conviven con nosotros. Los pisamos, patinamos sobre ellos y a veces aterrizan de improviso sobre nuestra piel. Forman un conglomerado de saliva y moco, de consistencia variable, y pueden ser transparentes, blancos, amarillos, verdes o sanguinolentos, según contengan bacterias, virus, incluso el bacilo de Koch. Imagino que los escupidores ni lo saben; son demasiado incultos.
      Por eso yo le pido a Malala que se pase por aquí, que aporte su juventud de ideas claras y ganas de cambio, y que nos eche una mano. Nuestra sociedad está en caída libre en cuanto a la educación. Malala, ¡te necesitamos!


miércoles, 9 de julio de 2014

El califato del siglo XXI

Después de la Primera Guerra Mundial desaparecieron los imperios ruso, otomano y austrohúngaro. En oriente medio, las culturas turca, persa y árabe derivaron en Turquía, Persia y en veintidós estados árabes, algunos bajo dominio colonial; ninguno se ha convertido en un verdadero estado-nación. Así las cosas la nación árabe no tiene ninguna estructura común de referencia. Se hicieron diversos intentos para unificarla, como el panarabismo de Nasser o la creación de la República Árabe Unida (1958-1961). No hace mucho la población árabe, harta de autoritarismo y corrupción gubernamentales, se rebeló en la denominada “primavera árabe”, que solo se ha resuelto satisfactoriamente en Túnez, país de sociedad bastante homogénea y educada. Aún así en muchos sitios aquella primavera dejó una fractura generacional, con jóvenes que no se dejan manipular como sus padres.
      Al Baghdadi, líder del EIIS, Estado Islámico de Irak y Siria, ha decidido convertir este pedazo de tierra en un califato (con él de califa) parecido a los que siguieron a la época de Mahoma, como paso previo para reconquistar el mundo. ¿Qué supondría un califato? Sería un polo de atracción para yihadistas de todas partes; el control del territorio permitiría cobrar impuestos y vender los recursos; se podrían preparar los ataques en casa con total seguridad. No nos las tenemos ya con grupos terroristas que a menudo están a la greña, sino con una nueva era, una nueva generación. El EIIS podría hacerse muy fuerte: dispone de dinero, armas y militantes. (Javier Solana, La Vanguardia Dossier nº 52, pp.8-10).
      En Afganistán, como en muchas zonas de dominio talibán, se han bombardeado las escuelas públicas y se amenaza a las familias para impedir que lleven allí a sus hijos. Según un maestro entrevistado se les acusa de difundir los valores occidentales y se pretende centralizar la educación en las madrazas. Una maestra declaraba que se quiere impedir la alfabetización de las niñas y tener a los chicos bajo mano, educados solo en el Islam y entrenados para una eventual guerra santa. Un instructor de los seminarios islámicos exponía la necesidad de volver a las enseñanzas de Mahoma, o sea al siglo VIII. (France 24 TV-Infos-7/7/2014-edición del mediodía)
      Existen pues motivos suficientes para que Occidente extreme las precauciones en sus fronteras. Washington ya lo ha anunciado, pero no está solo. La UE, el Reino Unido, Canadá y Australia han tomado medidas contra el tránsito descontrolado de individuos que regresan a casa después de guerrear en sus países de origen (En Australia les ponen un chip). Muchos combatientes y terroristas viven en Occidente, que aún no ha desarrollado la legislación capaz de hacer frente a este nuevo reto global. De momento quienes viajen en avión, que se lo tomen con calma: las esperas en los controles de los aeropuertos van a parecerles interminables. 



miércoles, 2 de julio de 2014

Trabajo para todos

En el mundo hay más de 200 millones de personas en el paro, y la capacidad de crear puestos de trabajo parece limitada. Además, a día de hoy los cambios deben ser globales, generalizados. ¿Qué hacer pues?
      Una de las propuestas (existente desde los 80) consiste en redistribuir la jornada laboral: horario más corto y con menos sueldo, pero más tiempo para disfrutar de la vida. La ventaja para los trabajadores es que evitan los despidos masivos; para las empresas, que pueden sobrevivir en épocas difíciles; para los gobiernos, que se ahorran las prestaciones por paro; para la sociedad, que no crece la exclusión social. Pero estos minijobs, que aportan minisueldos, son viables solo si en cada casa trabajan varios miembros; un single precisará de varios sueldos para subsistir. Además, al empresario le resulta más caro contratar a dos trabajadores a media jornada que uno a jornada completa. Otro punto a tener en cuenta sería el de la redistribución del tiempo de cara a un mejor aprovechamiento: ¿por horas, días, semanas, meses? (4h/día, 2 días de 10h/semana).
      Otro aspecto a valorar es la existencia de sectores, como el tecnológico, que a pesar del paro no encuentran candidatos. Hace años que en Europa las políticas educativas débiles e irreflexivas sumadas al creciente fracaso escolar y a la abundancia de recién llegados sin formación han conducido a una saturación de trabajadores no cualificados para ocupar unos puestos que se han ido reduciendo, con la triste consecuencia de millones de personas que viven en precario. ¿Qué habría que hacer? Potenciar la formación de niños y jóvenes en las escuelas e institutos, dirigirlos a carreras más técnicas, actualizar la cartera de estudios universitarios en el ámbito público (que ha quedado desfasada respecto a la industria) y explicar a la sociedad (a través de los medios de comunicación) la importancia de alcanzar una formación sólida.
      Todo eso precisa de una planificación conjunta de muchos sectores, hecha con sentido común y pragmatismo. Por desgracia queda muy lejos de un mundo donde todos van a su aire, al son de sus intereses particulares y tomando decisiones sobre la marcha.