miércoles, 5 de junio de 2013

El proceso de destrucción creativa

DESTRUCCIÓN CREATIVA: ¿DE DÓNDE SALE?
“El capitalismo funciona por un proceso de creación-destrucción”. Es una frase del economista Joseph Schumpeter.
      En 1589 William Lee, un sacerdote inglés, inventó la primera máquina de tejer con la idea solidaria de ahorrar tiempo a los trabajadores manuales. Fracasó en conseguir la patente debido a opiniones contundentes en contra del invento: privaría a la gente de trabajo, crearía paro y pobreza, desestabilizaría el gobierno y amenazaría el poder real. Habría un incremento de la productividad, sí, pero también destrucción creativa.
      La innovación tecnológica hace que las sociedades humanas sean prósperas, pero supone la destrucción de lo viejo por lo nuevo y el final de los privilegios económicos y políticos de ciertas personas. Para tener un crecimiento económico sostenido necesitamos nuevas tecnologías y nuevas formas de hacer las cosas que, y este es el “peligro”, pueden cambiar el poder político.
      Según los autores de Por qué fracasan los países, esta anécdota de la primera máquina textil ilustra el hecho de que el nivel de vida de las personas no cambiara entre la revolución neolítica y la revolución industrial del siglo XVIII. Por culpa de la no aceptación de la destrucción creativa.


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