lunes, 23 de septiembre de 2013

Vetar (o no) a Cataluña en la UE/euro

La posibilidad de que Cataluña siga en la UE y/o euro tiene muchos detractores. He hecho un resumen en positivo a partir de diferentes analistas (Miquel Puig, en ara.cat/ Avery, G/ Eugeni Casanova, Vilaweb 23-9-13). Cataluña tiene una industria formada en gran parte por empresas multinacionales de países miembros de la UE, una fuerte presencia de bancos sistémicos (La Caixa, Sabadell) y una relación entre deuda pública y PIB ligeramente superior a la de España. Eso haría que las instituciones comunitarias tutelaran el proceso secesionista de manera decisiva. Por tanto un tema preocupante como que España daría el veto al proceso no es tan evidente. La independencia exigiría un amplio acuerdo entre ambas partes impuesto por los tutores de la UE, que podría exigir unas compensaciones mutuas como la desaparición del veto español. Los catalanes llevarían cerca de 30 años como ciudadanos de la UE y aplicando la legislación comunitaria, que es la principal dificultad en los procesos de adhesión, por tanto es falso que Cataluña tardara décadas en adherirse. Por lo que hace al euro (la UE exige a los nuevos miembros que se adhieran) y sin países en contra, Cataluña sería miembro de la UE y de la Eurozona desde el primer momento. España puede ejercer el derecho al veto por el artículo 49 del TUE. Seguramente lo haría, demorando la adhesión de Cataluña sine die. Pero las instituciones tutelares impondrían una solución que garantizara sus objetivos prioritarios, a saber la libre circulación de mercaderías, capitales y personas para salvaguardar las multinacionales (las industriales y la gran banca) y la unión monetaria entre Cataluña y la UE. Por diferentes motivos Cataluña podría contar con el apoyo de países de la UE y del mundo. Mantiene una relación estrecha con Israel, poderoso lobby en los EUA. El embajador de los EUA en Londres ha admitido la posibilidad de una secesión. En el Reino Unido ha habido muchas opiniones favorables (David Cameron, con la ayuda de Gibraltar). Los países bálticos están a favor. La mayoría de los que han surgido el siglo pasado entienden a Cataluña. Jordi Pujo tuvo un papel decisivo en la independencia de Eslovenia. Polonia escalará posiciones dentro de la UE si España pierde población. Flandes (60% de Bélgica) tiene una buena relación con nosotros. La opinión pública portuguesa se decanta por Cataluña. Algunos estados como los escandinavos o los Países Bajos valoran la democracia por encima de todo (léase el derecho de los pueblos a decidir). Argentina, Venezuela, Cuba (ayuda catalana en 1898), Bolivia, Ecuador, etc, se han apartado mucho de la “madre patria”. La libertad de Timor Oriental (pequeño y pobre, pero un voto más en la asamblea de las Naciones Unidas) está íntimamente ligada a Francesc Vendrell. Ban Ki-Moon opina que hay que aceptar las aspiraciones genuinas de los pueblos (dicho en viaje oficial a Andorra). Martin Schulz, presidente del parlamento europeo lamentó no haber conseguido el reconocimiento del catalán en la cámara (culpables: Alejo Vidal-Quadras, PP, i Miguel Ángel Martínez, PSOE). Además, ningún estado ha respondido a García Margallo en su cruzada en contra de Cataluña.

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