lunes, 26 de mayo de 2014

Carta abierta a Marine Le Pen

Señora Presidenta del FN:

Soy de Barcelona, ciudad donde vivo, pero voto también en Francia, patria de mi padre y país que me ha influido mucho culturalmente.
      Respecto a sus ideas para el 5 de mayo 2014 estamos de acuerdo en algunos puntos capitales como: «debemos crear empleo y promover el crecimiento, oponernos a las políticas de austeridad generalizada, aumentar la seguridad en sanidad y alimentación, el respeto por el medio ambiente y por el bienestar animal y luchar contra la desertización de las zonas rurales». No comparto la forma que usted propone para lograrlo: volver al franco, introducir un proteccionismo inteligente y un patriotismo económico. No voy a comentar nada al respeto.
      Lo que de verdad me molesta es su exaltación de la « pura raza francesa ». ¿De qué pureza estamos hablando? ¿De los 6 millones de musulmanes del país (8%)? Francia ocupa el 5º lugar en el ranking mundial en cuanto a tasa de inmigración y no hay más que ver la televisión para reparar en ello. Sin embargo, sus ideas no son solo ridículas, son peligrosas. El odio que favorecen no ha hecho nunca ningún bien al pueblo. Es el punto de partida de matanzas y guerras. Como política que es usted, debería saberlo y respetarlo.
      En cuanto a su desdén por la multiculturalidad, es una lástima que no sepa apreciarla, pero no impida que los demás disfruten con ella. Las distintas lenguas (o costumbres o ritos) nos enriquecen. Forman parte del mundo, de un mundo que se ha hecho global, muy a pesar suyo. Ya no hay marcha atrás, aunque usted se lo crea.  
      Suscribo que la Unión Europea tiene muchos temas pendientes, muchos asuntos que resolver y mejorar. La mayoría de los conciudadanos (y me incluyo) estamos enfadados con ella. Dicho eso, reconocemos en Francia al país que escribió una bonita historia, la del 14 de julio, la de Mayo 68, y todavía cantamos a Piaf (madre italo-argelina) o a Aznavour (padres armenios). Esperamos que Francia sepa aprovechar su capital económico y humano. En 2013, estaba en el 5º puesto mundial en producto interior bruto, aunque haya caído de la triple a la doble A, un duro golpe para el gallo francés. Esperemos que sepa encontrar de nuevo el camino.
      Quisiera, para terminar, aconsejarle un libro para leer sin prejuicios y con la mente abierta: « La identidades asesinas », de Amin Maalouf, un escritor libano-francés, que sin duda usted conoce.
      Atentamente se despide

        Carme Lafay, médico radiólogo y escritora





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