lunes, 12 de septiembre de 2016

Medicina personalizada

La medicina del futuro consistirá en ajustar los métodos diagnósticos y terapéuticos a las necesidades de cada individuo sin perder de vista el estado de salud poblacional. Se pretende que sea predictiva (se adelanta a la aparición de la enfermedad), preventiva (actúa antes de que aparezcan los síntomas), personalizada (es distinta para cada persona) y participativa (requiere la implicación del paciente, de las instituciones y de las compañías biomédicas).
   ¿Por qué esta medicina personalizada? Entre otros motivos, porque las reacciones adversas a medicamentos representan la cuarta causa de mortalidad. Esto se debe a que cada uno de nosotros metaboliza y absorbe el medicamento de manera distinta, dependiendo de su perfil farmacológico. Los alimentos también interfieren con el funcionamiento de isoenzimas usadas en el proceso. La eficacia de la dosis administrada varía según las características individuales y no solo en función de la edad, el peso o el sexo.
   La medicina personalizada precisa que se popularicen unas herramientas específicas: el análisis genético (los genes y su secuencia), el análisis de expresión (basado en la cuantificación del ARNm), el análisis epigenético (estudia diferencias en el plegamiento del ADN), el análisis proteico (presencia y cantidad de proteínas), el análisis metabólico (estudio de los metabolitos). Su aplicación es amplia y diversa; la predicción de la posibilidad de padecer una enfermedad determinada, el uso de biomarcadores para su diagnóstico o la dosificación exacta del medicamento serían algunas de ellas.
   De momento la medicina personalizada se enfrenta a dos obstáculos: la tecnología que exige y el coste que supone. Sin embargo en un mundo que avanza a todo gas, podría esperarse que en un plazo relativamente corto, se convierta en una rutina.

 (Foto libre de www.pixabay.com)

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